- Porfavor, parar, ¡me quiero bajar!-gritaba la niña desconsolada.
Había pensado que sería divertido montarse en la noria, pero no lo estaba siendo en ningun sentido, estaba mareada y asustada, no aguantaba más ese sube y baja continuo.
La noria alfin para y la niña corrio a los brazos de su madre:
- Mama, nunca más me montaré en una de esas.-dijo convencida la ingenua niña.
Madre e hija se alejaron de la mano de la noria. Nadie le dijo a la ingenua niña que su vida acabaría siendo una noria continua de sube y bajas.
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