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martes, 20 de diciembre de 2011

Regaladores de vida

Daba pasos de astronauta por aquel entresijo de pasillos infinitos de paredes blancas y con puertas que conducen a historias aparte. Espectante cruzaba de un corredor a otro hasta llegar a la maquina de cafe esperando toparme con mi abuelo. Pero solo encontre a una enfermera de la mano de un señor encorbado. A pesar de la fina tela de su camison de hospita, su delgadez saltaba a la vista, sus facciones y arrugas dabana entender sin lugar a duda su gran numero de años. Continue caminando por el estenso pasillo que tenia ante mi. 122...Por allí no reinaba el júbilo, ni la frescura de quien tiene toda la vida por delante; allí se resguardaban aquellos a los que la vida les había otorgado un alto en el camino. 127...La mayor parte de las veces, no deseado; y en caso contrario, son víctimas de la electricidad de sus propios pensamientos los que desencadenan un cortocircuito en la razón. Algunos con más suerte que otros; unos más luchadores, otros que se dan por vencidos. 132... No sabía hasta qué punto un cuerpo puede aferrarse a la vida cuando tiene seres queridos aguardando en la sala de espera y lo que puede luchar una persona para ayudar a aferrarse a esta.136... Corazones que quieren latir demasiado y otros que no tienen la suficiente gasolina para mover la maquinaria, estaría bien poder suministrarles esa gasolina para que puedan segir, ser de esas personas que regalan vida...
142. Habri la puerta despacio y asome la cabeza:
- ¿Se puede pasar?
Mi abuelo se encontraba frente a mi en la silla al lado de la ventana. Respondió con un asentimiento.
Me acerque a ella.
- Hola cariño.- dijo como siempre en un tono despreocupado.- no esperaba que vinieses hoy tambien, no me gusta que pases tanto tiempo en el hospital.
- Es posible que pase en uno de estos sitios mucho más tiempo del que te gustaría abuela.
Esa fue la primera vez que aquella futura medica se planteo su futura vocación.

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